
Claudia Sheinbaum
BY FABIOLA SÁNCHEZ
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Las fuerzas armadas de México estarán comandadas por primera vez por una mujer a partir del 1 de octubre con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia. Y eso ha reanimado los reclamos de organizaciones humanitarias y activistas para que se limite el poder que los militares han acumulado en años recientes.
La duda es si Sheinbaum implementará, desde su posición como máxima autoridad militar, los cambios que se exigen desde fuera del cuerpo uniformado, sin que haya habido voces desde dentro que se pronuncien. Analistas no ven modificaciones en el corto plazo.
Las fuerzas armadas mexicanas han recibido de los últimos gobiernos, especialmente desde el del presidente Andrés Manuel López Obrador, numerosas y nuevas responsabilidades —también en el ámbito civil— e incrementos significativos de presupuesto.
La política de seguridad ha descansado sobre los hombros de los militares por casi dos décadas en México, sin que eso haya resuelto el problema de violencia relacionado con los poderosos carteles de las drogas que controlan vastas regiones del país.
En los últimos días activistas y organizaciones humanitarias, entre ellas Amnistía Internacional, han realizado exhortos a Sheinbaum para que dé un giro a la relación de dependencia que mantiene el gobierno con las fuerzas armadas.
También han pedido que detenga una reforma constitucional en materia militar que se discutirá en octubre en el Congreso, de mayoría oficialista, y que de aprobarse sentará las bases legales para la participación de militares en todos los órdenes de la vida pública civil.
Validará las tareas que ya realizan, como la construcción y gestión de grandes proyectos de infraestructura, que han cosechado críticas de quienes sostienen que van en contra de lo recogido en la Constitución.